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El comediante de stand up comedy e ingeniero civil eléctrico de la Universidad de Chile hará su debut escénico en el Festival del Huaso de Olmué el 18 de enero, antesala de éxito para muchos humoristas que sueñan con presentarse en la Quinta Vergara. Alumni UChile conversó con el egresado de la Casa de Bello sobre su paso por la universidad, su carrera profesional y la preparación previa a su aparición en el Patagual. 

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Camilo Viciani, más conocido como “Vicho” desde pequeño tuvo gran interés por el humor. Uno de los primeros shows que presenció fue el de Coco Legrand en el año 1996. Desde entonces se convirtió en un fiel seguidor de las rutinas de comedia de los festivales, y cuando nació YouTube miraba programas de humor argentinos y de diversos lugares de Sudamérica. 

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En 2015, Viciani vio a Edo Caroe, comediante y mago, en el Teatro Nescafé de las Artes. Esa fue una revelación en su vida, ya que fue la primera vez que pensó en convertirse en humorista. Aquello marcó un antes y un después en su carrera, ya que Vicho dejó de lado su trabajo como ingeniero civil eléctrico para años posteriores ser considerado como uno de los standaperos más influyentes del país, marcando un hito en su profesión la presentación que tiene en el Festival del Huaso de Olmué el próximo jueves 18 de enero. Allí se consagrará en el humor, el mismo día que los destacados artistas Luciano Pereyra y Princesa Alba.

¿Cómo se siente mirar en retrospectiva tu carrera, ahora que vas a participar en el Festival del Huaso de Olmué?

Siento que el Festival de Olmué viene a consolidar este sueño que se dio de ser comediante, de dejar todo atrás…una carrera tradicional, mi trabajo estable y lanzarme a este camino que fue creciendo paso a paso. He visto mucha gente que lo intenta en la comedia, pero es duro, es difícil. Hay shows donde no llega gente, cuesta hacerse conocido, uno se cuestiona también la parte creativa, tienes que ir renovándote, de repente hay shows malos que no funcionan tan bien, etc. Es todo un camino. Entonces para perseverar, seguir y que la cosa empieza a resultar, te tiene que gustar mucho. Tienes que realmente amar la comedia para que no te importe, y seguir dándole. Y seguimos. Ahora mira, estamos llegando a este festival que es súper importante. Es un deseo que tenía hace mucho tiempo, y es muy bonito. 

¿Cómo te has ido preparando para tu debut, existen nervios?

Sí, es una mezcla de emociones, porque es un desafío importante, lo va a ver todo Chile. Hay una exposición gigante. Y lo que más da nervio en lo personal es que ese día en el Patagual yo voy a ver si la gente se ríe o no se ríe, de qué se río más. Voy a saber cómo funcionó, pero no tengo idea como lo percibió la gente en la casa. Me voy a bajar y ahí recién voy a descubrir qué pasó. Pero, por otro lado, estoy muy tranquilo con el trabajo que he hecho durante todos estos años. Es una rutina que he probado muchísimo. Mi equipo también viene forjándose hace más de un año, entonces estamos súper bien acoplados. Hay todo un trabajo previo que respalda esta presentación y eso me da mucha tranquilidad. Entonces, es una mezcla, nervioso pero tranquilo.   

Ahora te encuentras viajando para ir probando la rutina en diferentes lugares, ¿ha tenido buena recepción? 

Claro, hice esta gira que se llama “Rumbo al Patagual” que es para ir probando la rutina, porque también creo que la mejor manera de prepararse para un festival es hacer muchos shows, cosa de llegar con el guión pero afinadísima, y muy incorporado a uno. He viajado de Arica a Punta Arenas, y los públicos son súper distintos. Entonces, cuando hago los shows y la rutina funciona, me da mucha tranquilidad y se va calmando esta ansiedad previa a la presentación del Festival de Olmué.

¿Cómo ha sido el apoyo de tus compañeros, de tu familia y de tus amigos en todo este proceso? 

Súper bien. Mi familia me apoyó desde el primer momento. Mis amigos, tal vez algunos les costó al principio, era como “Pero ¿qué estás haciendo? Estás dejando tu carrera, te volviste loco, qué sé yo”. Y después cuando vieron que esto empezaba a armarse y que era algo que yo estaba tomando muy en serio y que estaba súper entusiasmado, fue un apoyo inmediato. Entonces, han sido fundamentales. Después se van sumando los colegas del medio, o sea, cuando se dio esta confirmación para el Festival de Olmué la cantidad de mensajes fue impresionante, de personas que me siguen desde que empecé mi carrera, o que me siguen desde hace cuatro, seis años. Eso ayuda muchísimo. Es un motorcito que te va motivando a seguir adelante siempre. 

¿Cuáles serían los planes futuros después de esto o no estás pensando en eso, sino solo en que salga bien en Olmué? 

Mucha gente me dice “Oye viene Olmué, después es Viña”. Pero para mí siempre es paso a paso. Ahora con mi equipo estamos 100% enfocados en Olmué, que sea lo mejor posible esa presentación, que salga todo bien y bonito. Es nuestro primer festival grande, entonces hay que disfrutar la experiencia a concho porque es algo muy especial, irrepetible. Ya con los resultados veremos cómo se sigue, qué se viene después. Pero esta es una carrera que nunca se detiene. Después vendrán más cosas, vendrá más contenido, más festivales, más trabajo, rutinas nuevas. Entonces, sin duda que se vienen cositas.

De la ingeniería al humor 

A los 15 años Vicho quería dedicarse a la música, sin embargo, a último momento se arrepintió porque era un camino complejo. Como tenía un gran desempeño escolar y obtuvo buen puntaje en la PSU, decidió entrar a estudiar Ingeniería Civil Eléctrica en la Universidad de Chile. 

“Me encantó la Facultad de Ingeniería, la encontré muy interesante. La carrera nunca me gustó 100%, pero haber estudiado en la Universidad de Chile sí, por el tema de los valores, esa vocación de educación pública, los académicos te traspasaban su experiencia profesional y de investigación. Fue muy cómodo estudiar ahí, principalmente por el tema de lo que significa la Universidad de Chile para nuestro país y para la historia”, manifestó. 

Luego se tituló y trabajó seis años como ingeniero eléctrico, enfocado en el área de las energías renovables. Sin embargo, seguía manteniendo esa inquietud artística de su niño interior, motivo que le originó una crisis vocacional a principios del año 2014. 

“Dije ‘Pucha, esto no es a lo que yo me quiero dedicar, qué hago’. Fue un proceso largo, con terapia de por medio. Tuve un año que renuncié, intenté hacer algún emprendimiento, no me fue bien. Volví a trabajar como ingeniero y en esa vuelta entré a un taller de comedia, empecé a probar, descubrí este circuito de stand up comedy nacional, quise intentarlo y ahí me atrapó”, declaró. 

Al poco tiempo, renunció a su trabajo para dedicarse de lleno al humor. El camino no fue fácil. Tuvo alrededor de cuatro años duros, ya que ser reconocido en el ambiente no ocurre de la noche a la mañana. Sin embargo, tras mucho trabajo y dedicación por el arte de hacer reír que escogió de pequeño, los esfuerzos y altibajos valieron la pena. 

“Este es un emprendimiento como cualquier otro, o sea, además de ser gracioso y escribir buenos chistes, uno tiene que hacer una estrategia de marketing digamos, ir captando público, ir masificando tu producto, haciéndote más conocido para que vaya más gente a los shows, etc. Me sirvió muchísimo la formación de ingeniero para ir estructurando esa parte”, expuso el comediante. 

Formación de comediante 

Uno de sus primeros espectáculos fue «Vichucristo», rutina en la cual se caracterizaba como Jesús, para posteriormente lanzar su primer show personal de larga duración llamado “Cambalache”. El año 2018 tuvo una aparición estelar en el programa “Mentiras Verdaderas” en La Red, de la que mencionó haber tenido buena experiencia. Luego, en “Sigamos de Largo” participó en la sección “Pura Comedia”, dirigida por Sergio Freire y Maly Jorquera. También destacó en “La Huincha” de TVN en donde llegó a semifinales. 

Además, Vicho Viciani participó en un taller inicial donde las personas compartían sus rutinas, el que fue su primer acercamiento al oficio de humorista. Luego, se fue inmiscuyendo en el rubro del humor, lo que le permitió conocer a comediantes como Rodrigo González, Mauricio Medina, “El Indio” de Dinamita Show y Fusión Humor. También, se integró al mundo del stand up comedy y compartió con figuras como Pedro Ruminot, Sergio Freire y Pamela Leiva. Del mismo modo, abrió shows de la gira austral “Lo que salga” de Edo Caroe el año 2023. 

Esas fueron oportunidades que llegaron a su vida a medida que trabajaba y ganaba experiencia en diversos escenarios, bares y teatros, lo que sirvió de ayuda a la hora de descubrir el tipo de humor que quería realizar. 

“Creo que es un oficio el humor, entonces uno aprende haciendo más que nada. Ahí fui descubriendo el tipo de rutinas que quería hacer, porque también ha habido un montón de cambios sociales en el último tiempo, entonces eso va acorde a cómo ha evolucionado la comedia”.  

Esto se vio reflejado en “La semana en un minuto”, sketch que nació el año 2019 tras el estallido social, donde hacía un resumen de las noticias más importantes de la semana, con chistes entre medio, en Instagram. Viciani contempló la necesidad de la gente de reírse del acontecer social y político que enfrentaba el país, en el contexto de incertidumbre que existía en ese momento. 

El contenido tuvo un gran éxito en redes sociales, por lo que Vicho estuvo dos años y medio realizando publicaciones todos los viernes de forma constante. Aquello cautivó a miles de seguidores que disfrutaban su forma de hacer reír.

“Eso me trajo un montón de público que me conoció, y fue el cambio en mi vida y en mi carrera. O sea, ahí empezó a funcionar esto”, declaró a Alumni UChile.

Actualmente, tiene un podcast con la destacada humorista y amiga, Pamela Leiva, denominado “Diario de un Apocalipsis”, que surgió en la pandemia con el objetivo de que las personas relataran sus vivencias y anécdotas sobre la crisis del coronavirus. “Por suerte la gente nos apoyó mucho. También ellos sentían la necesidad de tener algún contenido fresco para entretenerse e ir pasando esta pandemia, así que calzó perfecto”, afirmó.