“No hay crisis climática sin crisis de un modelo de desarrollo económico. Es decir, el sistema que adoptó el mundo desde la revolución industrial hasta ahora está provocando, con sus versiones extremas, la crisis medioambiental en la que estamos sumidos” comentó a Alumni Uchile Patrick Hamilton, artista visual que cuestiona a través de sus obras el sistema de libre mercado desde distintas aristas.
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“Entendí desde muy joven que el arte es más que una técnica o que el dominio de una disciplina, comprendí que es un vehículo, una herramienta para hacer crítica social o cultural”, dice con certeza Patrick Hamilton mientras explica el trasfondo de sus obras. Esta mirada lo impulsó a empezar a crear en su etapa de estudiante trabajos que “cuestionan, critican o ponen el acento en la relación entre arte, economía y política” desde distintas aristas: teórica, conceptual, metafórica, material, arquitectónica y ambiental. Todo para comprender el Chile en el que creció de manera integral. “Desde el inicio de mi trayectoria comencé a hacer obras que de alguna manera se hacían cargo del contexto de nuestro país, en esa época se hablaba de post dictadura para referirse al periodo que la política denomina la transición hacia la democracia”, afirma el egresado de la Casa de Bello.
Sus originales obras no solo le han ayudado a responder muchas de las interrogantes que tenía en mente, también le han permitido posicionarse como uno de los chilenos de mayor presencia en la escena artística a nivel internacional. A lo largo de su trayectoria ha expuesto en ferias y bienales claves del arte contemporáneo y ha logrado que sus piezas sean parte de más de cien colecciones públicas y privadas, entre las que destacan Jumex de México; Museo Reina Sofía, España; El Museo del Barrio de Nueva York, la Izolyatsia Foundation de Ucrania, Museo DKM de Duisburg en Alemania, The Space Collection y Museum of Latin American Art (MOLAA), EEUU.
Basta con apreciar solo unos minutos las obras de Patrick Hamilton para darse cuenta que su arte siempre interpela, invita a la reflexión y genera experiencias. Generalmente en sus piezas utiliza herramientas propias del mundo obrero o de la construcción. Por ejemplo, en 2013 en la Bienal de Venecia presentó una gran instalación compuesta por 64 serruchos de cobre, pulidos y doblados, que representaba un homenaje a los trabajadores de Chile.
Otra de sus obras icónicas es “El ladrillo”, pieza que crítica el libro del mismo nombre escrito a principio de los años 70 por economistas chilenos que fueron estudiantes del Premio Nobel de Economía Milton Friedman en la Universidad de Chicago. El texto describe las bases del sistema de libre mercado que se implementó en nuestro país. Para cuestionar el contenido del documento Patrick Hamilton creó una instalación compuesta por fotografías y 300 ladrillos de cerámica puestos sobre una tarima. Las imágenes narran la historia de la palabra “neoliberalismo” desde su origen hasta su consolidación como modelo, sistema de pensamiento y forma de entender el mundo.
“Este trabajo significó una gran investigación. Mucha gente habla de neoliberalismo, pero muy poca sabe explicarlo, se reduce muchas veces a simplemente un sistema económico que plantea que lo público o el Estado tiene que ser muy pequeñito y dejar en manos de los privados el control de la economía, es decir, del libre mercado, pero detrás de esa hipótesis hay un sistema de pensamiento muy complejo, es una filosofía, llamémosle de lo individual”
El arte al servicio de la verdad
Patrick Hamilton también analiza en sus trabajos cómo el modelo de desarrollo económico ha intervenido la ciudad. Un claro ejemplo de ello, es el fotomontaje en el que aparece la imagen del Costanera Center. En la obra, el edificio de 400 metros de altura simboliza el “éxito” del sistema de libre mercado. La pieza está elaborada con papel autoadhesivo que imita al mármol. El artista utiliza este material “falso” como un elemento metafórico. Para él la frase “Chile, el Jaguar de Latinoamérica” que se acuñó en la década de los noventa para comparar el crecimiento económico que se estaba experimentando en el territorio nacional con el despegue económico sin precedentes que lograron los cuatro tigres asiáticos: Hong Kong, Singapur, Corea del Sur y Taiwán, es un mito.
“Esta torre se empezó a construir antes de la crisis, cuando todavía Chile era este jaguar, y se hablaba del milagro de la economía asiática, a Chile se lo emparentaba un poco con eso. No es que yo considere que Chile no se haya desarrollado en cierto punto, pero creo que hubo una publicidad en torno a los logros de la economía que distaban mucho de la realidad. Yo siempre lo abordé desde el punto de vista de que esto era un desarrollo a medias, desigual, complejo. Y por ahí también empecé a utilizar todos estos elementos llamémosle falsos, mármol falso, decoraciones falsas para hablar de esta idea del decorado, de la escenografía”, aseguró.
“No hay crisis climática sin crisis de un modelo de desarrollo económico”
En los últimos años, el egresado de la Casa de Bello sumó el enfoque medioambiental a su análisis de la economía. Todo comenzó cuando lo invitaron a realizar un proyecto en un festival de arte y sostenibilidad en Madrid. Allí, presentó tres ideas y el comité curatorial escogió “El invernadero rojo”, una enorme escultura interactiva.
“No hay crisis climática sin crisis de un modelo de desarrollo económico. Es decir, el modelo que adoptó el mundo desde la revolución industrial hasta ahora con sus versiones extremas, hiper consumistas está provocando la crisis medioambiental en la que estamos sumidos. Por eso, uso el color rojo como llamado de atención”, expresó.
Esta escultura tiene forma de invernadero. Para que fuera más interesante Patrick Hamilton cambió los cristales transparentes por placas rojas. Los espectadores pueden contemplar la instalación desde afuera y también ingresar en ella para ver como el paisaje se tiñe de rojo.
“Es una obra que me dejó muy contento, porque tiene una dimensión intelectual, y una espacial, física, que es súper interesante, provoca un efecto muy bonito, pero también llamativo, porque tiene dos miradas. Desde fuera es como una suerte de escultura arquitectónica y desde dentro como un gran filtro que tiene tu mirada hacia el exterior y esa mirada se puede asociar con el fuego, con los incendios, con muchas cosas”, indicó.
Orgulloso de su alma mater
El artista se siente orgulloso de la formación que recibió en la Universidad de Chile, porque la casa de estudios le regaló la oportunidad de tener profesores de primer nivel y le entregó herramientas que le han ayudado a abordar sus obras desde diversas disciplinas y a destacar en el mundo del arte.
“En La Chile tuve profesores maravillosos como Pablo Oyarzún, Sergio Rojas, Guillermo Machuca, Francisco Brugnoli, quien fue mi profesor de taller de pintura y taller terminal. Aprovecho de mencionarlo y destacarlo, porque murió hace tres semanas, quien fuera director del Museo Arte Contemporáneo por más de 20 años. También tuve compañeros con un nivel académico muy alto, eso era algo muy importante, porque las discusiones que se iniciaban en el aula, después seguían en los patios o en la noche en un bar. Además, nosotros nos íbamos mucho a caminar por Juan Gómez Millas, íbamos a la Facultad de Filosofía, de Humanidades y teníamos conversaciones con alumnos de otras escuelas. Recuerdo con mucho cariño y nostalgia mi paso por la Universidad de Chile, le debo mucho a la formación intelectual que tuve ahí”, manifestó.
Cuestionario Alumni
El egresado de la Facultad de Artes respondió el Cuestionario Alumni, un set de preguntas breves realizadas con el objetivo de conocerlo un poco más.
Un libro importante en tu vida: “Los Olvidados. Ficción de un proletariado reaccionario” de Antonio Gómez Villar. Es el último que leí y es fundamental.
Canción favorita: “This Charming man” de la banda The Smiths
Una película que recomendarías: “Barry Lyndon” de Stanley Kubrick
Con qué personaje histórico te hubiese gustado conversar: Friedrich Nietzsche
Un sueño por cumplir: participar en una muestra como la Documenta Kassel, por ejemplo
