A casi un año de los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, los deportistas nacionales se siguen preparando para representar de la mejor forma a Chile. Este domingo fue el turno de la selección de vóleibol, quienes se coronaron campeones, luego de vencer a Argentina por sets de 3 a 2.
Dentro del combinado nacional que logró esta histórica hazaña estaba Gabriel Araya, kinesiólogo egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y parte de la red Alumni, quien juega como central en el equipo.
Partido histórico para el egresado, quien en los más de 10 años que lleva jugando por la selección nacional, no había visto un triunfo contra el país vecino. “Es un logro para mí y el equipo. Además es muy alentador para la siguiente generaciones que ya no ven a Argentina como un rival inalcanzable”, dice en conversación con Alumni UChile.
El ex estudiante de la Casa de Bello dio sus primeros pasos en el vóleibol en octavo básico. Fue en el colegio donde casi por casualidad comenzó la práctica de esta disciplina, para luego perfeccionarse cuando fue llamado al equipo chileno.
Desde ahí, no ha parado: “Yo he tenido una trayectoria súper atípica y corta como deportista. No me formé en un club, pasé del colegio a la selección y después, cuando ya estaba en la Universidad fue que me llamaron para jugar la Liga Nacional los clubes”, asegura.
Esa misma experiencia es la que lo llevará desde la próxima semana a disputar los Juegos Odesur 2o22 en Asunción, Paraguay. Ahí, el equipo nacional llega con chapa de candidato luego del triunfo ante los trasandinos. “Uno siempre tiene confianza en lo que puede hacer, el tema es poder ponerlo en la cancha. Va a depender del día, va a depender de las selecciones a las que nos enfrentemos”, matiza.
Una vida entre los estudios y el deporte
En 2020 egresó como kinesiólogo de la Facultad de Medicina de nuestro plantel.. Etapa que recuerda con nostalgia, ante el apoyo de la Casa de Bello y donde también rememora el esfuerzo que le significó compatibilizar sus estudios con su carrera deportiva.
“En la Universidad recibí mucho apoyo. Me aguantaron todo, no puedo quejarme. Los profesores nunca me pusieron problemas, malas notas ni me impidieron faltar por alguna competencia”, comenta el exalumno.
“Yo me encargaba de entregarle mi calendario a los profesores al inicio del semestre, para poder organizarme. Así, ellos sabían que yo respondía y sabían que no me iba a dejar estar. A pesar de que fue difícil, lo pude sacar adelante”, agrega.
Aunque hoy no se dedica cien por ciento a su profesión, sí mantiene algunas consultas particulares con familiares y amigos. Por ahora, su plan hasta el 2023 es dedicarse por completo al voleibol. “Luego de los ODESUR, viajo directamente a Rumania a jugar por la primera división. Para mí, ahora el foco está en el juego”, cierra.