La médica cirujana de la U. de Chile, profesional con diversos posgrados en gestión pública y de empresas, encabeza desde marzo de 2022 una cartera en la que espera sentar las bases de una mejor economía y una mayor inserción territorial del ministerio. En entrevista con Alumni UChile, reconoce una “responsabilidad con el género”, pues estima que “si uno lo hace mal, hay menos probabilidades de que llegue otra mujer después de ti”.

Marcela Hernando: el recorrido interdisciplinario de la egresada de Medicina y actual ministra de Minería

por Julio OlivaresMay 11, 2023

La médica cirujana de la U. de Chile, profesional con diversos posgrados en gestión pública y de empresas, encabeza desde marzo de 2022 una cartera en la que espera sentar las bases de una mejor economía y una mayor inserción territorial del ministerio. En entrevista con Alumni UChile, reconoce una “responsabilidad con el género”, pues estima que “si una lo hace mal, hay menos probabilidades de que llegue otra mujer después de ti”.


La ministra de Minería, Marcela Hernando, es médica cirujana de la Universidad de Chile. Esa experiencia en las aulas de la Casa de Bello la llevó, con el tiempo, a hacer carrera dentro del sistema público de salud, ascender paulatinamente e incorporarse en la vida pública como Seremi de Salud de la Región de Antofagasta, para luego ser intendenta, alcaldesa de Antofagasta, diputada en dos períodos consecutivos y, desde marzo de 2022, secretaria de Estado.

Esta última, una experiencia que, reconoce, ha sido tan desafiante como gratificante, pues “el Ejecutivo es un lugar donde puedes hacer cambios que le transformen la vida de las personas”. La ministra Hernando apunta que habiendo trabajado en dos poderes del Estado, “siempre es mucho más intenso lo que se hace desde la administración de Gobierno”.

Los desafíos del ministerio

Para la ministra Hernando, el legado que deje en este rol está definido por parte de los énfasis que le encomendó el Gobierno. “Uno de ellos ya lo cumplimos, que fue tramitar todo lo que se necesitaba para el cierre de la Fundición Ventanas. También estamos con la Estrategia del Litio (recientemente presentada por el gobierno). Y, aparte de eso, tenemos desafíos con fundiciones y relaves”.

“Esos son los cuatro temas en los cuales me gustaría dejar sentadas las bases de una mejor economía y mayor inserción territorial del ministerio”, precisa, consciente de que la secretaría que lidera tiene una serie de desafíos por delante. “El ministerio de Minería debería ser mucho más grande, pero también hay desafíos de la industria. Por un lado, relevar la necesidad de producir un acercamiento entre la opinión pública, la gente y la cadena completa de la industria minera y por otro, desarrollar más la economía circular, donde hay muchísimo que hacer”.

Estudiante interdisciplinaria

Además de su labor en el ministerio de Minería y de su larga experiencia en la gestión pública, Marcela Hernando posee cuatro magísteres (en Salud Pública, Dirección de Empresas, Gerencia y Políticas Públicas) y tiene estudios de organización de servicios médicos comunitarios, marketing, prevención y manejo de desastres, entre otros posgrados.

Consultada por ese largo recorrido en las aulas, la ministra Hernando señala que le da “todo el valor a la interdisciplinariedad”. “Desde muy joven aprendí que lo que más ayuda en la vida profesional, es estar disponible para aprender y conservar la curiosidad siempre. Uno aprende de los demás, aprende de las más diversas disciplinas y, por lo tanto, creo que no existe un trabajo que se desarrolle y progrese si no existe un enfoque interdisciplinario y de trabajo en equipo”, manifiesta.

Y precisa: “Obviamente, somos es el fruto de lo que nos ha tocado vivir y cómo hemos construido nuestra historia. La formación inicial y la disposición que nos enseñan en la universidad y en la carrera de Medicina nos determina. Todas las carreras forman, pero también deforman, porque enseñan de una manera. La única forma de corregir eso es estar abierto permanentemente (a nuevos aprendizajes)”.

La ministra Hernando valora su paso por la Facultad de Medicina entre 1979 y 1985. En sus palabras, “la universidad fue un campo donde pude experimentar, socializar y conocer el Chile verdadero”. “Mis prácticas fueron en una posta, en sectores populares e hice internados rurales. Eso es un tremendo plus. Quienes estudiamos en la Chile tenemos una sensibilidad diferente a la de profesionales de otras universidades”.

Consultada por alguna de sus anécdotas universitarias, la exalcaldesa recuerda con gracia que no la mechonearon en primer año como era usual, sino en quinto. “Como era una niña matea, en la primera semana de clases tenía delantal, fonendoscopio y de todo, a pesar de que era mechona. Entonces me veían con delantal y no me mechoneaban. Ya en quinto andaba más relajada, los chiquillos que estaban mechoneando no me conocían y ahí me lo hicieron. No me creyeron que no era mechona”.

Hoy, como parte de la red Alumni, espera que “construir una red de egresados y egresadas de la Universidad de Chile, aparte de ser la mejor casa de estudios, permita abrir espacios y democratizar un poco algunas industrias”.

Rompiendo techos de cristal

A lo largo de su recorrido, la ministra Hernando ha ido rompiendo constantemente techos de cristal. Fue la primera directora regional de Servicio de Salud, la primera Seremi de Salud, la primera intendenta regional y la primera alcaldesa electa de Antofagasta. “Lo más complicado es tomar la decisión y tirarse a la piscina. Porque las oportunidades son pocas y cuando pasan las tomas o te quedas inmóvil”, apunta.

Y agrega que “es una tremenda responsabilidad porque estás obligada a hacerlo bien. Si uno lo hace mal, hay menos probabilidades de que llegue otra mujer después de ti. Entonces es una responsabilidad con el género”.

En retrospectiva, la ministra recuerda que “en algún momento pensaba que bastaba solamente con el mérito y que sólo se te daban las cosas. Viniendo de salud era más fácil porque a mí me tocó vivir en una época en la cual estaba en pleno desarrollo la medicina privada y los hombres tendían a irse más a la medicina privada, entonces había espacio para las mujeres que quisiéramos incursionar en administración pública. No era atractivo trabajar en el sector público y eso permitió que yo me desarrollara y que no percibiera que había muchas dificultades”.

“Pero en la medida en que fui asumiendo otro tipo de desafíos y de carreras que estaban relacionadas con la política, me di cuenta de la alta competencia existente cuando estás ocupando un cargo público”, añade.

En ese sentido, concluye que el desafío es facilitar que las mujeres puedan abrirse espacios en cargos de toma de decisión de las esferas públicas. Sus casi cuatro décadas de éxito, en ese sentido, apuntan a abrirles espacios.

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