Desde hace un año Juan Andrés Morel es el vicepresidente y Chief Operating Officer de la empresa minera canadiense Lundin Mining. Un cargo que viene a coronar lo que han sido más de treinta años de experiencia en la gestión de empresas y proyectos mineros del egresado de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile.
En este sentido, en conversación con Alumni UChile, el ingeniero civil de minas es capaz de hacer un diagnóstico claro del panorama en el área y, en especial, del rol que le compete a la mediana minería: “Los proyectos grandes son cada vez más difíciles de desarrollar. Por lo demás, no hemos hecho nuevos descubrimientos. Por lo tanto, para que la minería siga creciendo en Chile probablemente el crecimiento tenga que venir de la mediana minería”.
“La mediana minería necesita reforzar su identidad, posicionarse para influir en políticas públicas y que la sigan promoviendo y permitiendo crecer. Y al mismo tiempo tiene un montón de desafíos de modernización: incorporar más tecnología, más sistemas de gestión, traer más talento, mostrarse al mundo”, agrega.
Desafíos y modernizaciones necesarias
Como COO de Lundin, Morel comandó la compra del 51% de la mina de cobre y molibdeno Caserones, en la región de Atacama, de la cual hoy tienen control. Se trata de la segunda operación de la empresa en Chile, pues se suma a Candelaria, también en la tercera región.
Para el egresado de la FCFM, este año de trabajo “ha sido una experiencia fascinante porque es una compañía muy ágil, activa y emprendedora. Pareciera que lleváramos no uno, sino cinco años por todo lo que hemos hecho”.
En ese rol, le ha tocado llevar adelante las seis operaciones mineras que Lundin tiene en Sudamérica, Norteamérica y Europa. “El principal desafío ha sido integrarme a una compañía que tiene una diversidad geográfica y cultural muy importante, entender este tutti frutti cultural y enriquecerme de él. Lidiar con horarios distintos, las diferencias de idioma y de estilos. Cada proyecto tiene sus singularidades, desafíos y oportunidades”.
Desafíos que, señala, son transversales a la minería y parte de sus preocupaciones como COO: “Queremos ponernos a la altura de los retos actuales: reducir la huella de carbono, la huella hídrica, hacer que nuestras operaciones sean mucho más eficientes en el uso de los recursos y buscar oportunidades de minería circular”. “Entendemos también los cambios que están ocurriendo en el mundo y eso también nos motiva y nos obliga a hacer cambios y a modernizarnos para ir respondiendo a esas demandas de la sociedad”, complementa.
Consultado por estos procesos de armonización en lo que están trabajando, Morel menciona, entre otros, que el rol del data scientist -que antes casi no existía dentro de las empresas mineras- hoy es casi un estándar incorporado para aplicar la información que tienen en procesos de mejora; que hoy hay un proceso patente, con metas claras, por impulsar la diversidad e inclusión dentro de las mineras; y que en Lundin están trabajando para convertir a las flotas de los equipos de la mina en transportes 100% eléctricos para reducir su consumo de combustibles fósiles.
“La idea es ponernos a tono con esta demanda que nos hace el mundo de que quiere más cobre -que se necesita para el proceso que estamos viviendo de electrificación-, pero un cobre que sea producido con un bajo impacto ambiental y social”, concluye.
Un sentido de pertenencia común
El egresado de Ingeniería, parte de la comunidad Alumni, recuerda con cariño su paso por la Universidad de Chile entre 1985 y 1991: “Beauchef tiene su sello particular. Nos entregó carácter, una conciencia social, un estilo de liderazgo y un rigurosidad técnica que, creo, nos distingue en el mundo laboral”.
“Además, nos dio un sentido de pertenencia. De repente en eventos o reuniones laborales uno se da cuenta de que la otra persona también estudió ahí, se da esa alegría de encontrarse con un compañero y aparecen las anécdotas. Hay una conexión que te atrae, abre conversación, genera vínculos”.
Sobre esos vínculos, Juan Andrés Morel comenta que sigue en contacto con muchos de sus compañeros de generación a través de la red Alumni de Ingeniería de Minas, con los que se encuentran dos o tres veces al año, participan en cenas y conversan en un grupo de WhatsApp, “debatiendo temas de la industria, felicitando al que promovieron o viendo cómo ayudar a reubicarse al que anda sin pega”.
La importancia de devolver la mano
Además, el ingeniero civil en minas ha participado en programas de mentoría y reuniones informales con profesionales jóvenes para ayudarles en su desarrollo de carrera.
“Me siento afortunado de las oportunidades que he tenido en la vida laboral. Ninguna de ellas me las gané en una lotería o por arte de magia, sino que han sido fruto de decisiones que fui tomando, caminos que elegí. Si uno tiene la posibilidad de contarle esa historia a un estudiante o a un profesional joven, genera un referente, una historia que les puede ayudar cuando están partiendo. Pueden decir ´Esta persona cuando se enfrentó a esta situación, lo hizo de esta forma y le resultó así´”, relata.
“Devolverle la mano a la universidad, a los profesionales que salen de la Universidad de Chile, contándoles simplemente tu historia laboral o personal, las decisiones que fuiste tomando, conectando tu historia con los que están empezando a vivir este camino, es lo mínimo que uno puede hacer. Ojalá todos los hiciéramos, ojalá todos tuviésemos esas conversaciones. Compartir nuestro conocimiento le daría mucha más fuerza a lo que significa ser un ex alumno de la Universidad de Chile”.