Entregar desayuno a personas en situación de calle. Ese fue el objetivo que en 2012 llevó a un grupo de estudiantes de la Universidad de Chile a reunirse cada semana en el centro de Santiago, acción que hoy se materializa en la Fundación Nuestra Calle. Una idea que nació en los alrededores de la Facultad de Economía y Negocios (FEN), cuando Paula Hidalgo y un grupo de amigos, en ese entonces estudiantes de Ingeniería Comercial, decidieron entregar alimentos a personas que vivían entre Portugal, Marcoleta y la Posta Central.
“Nos empezamos a encariñar de la gente y se empezó a armar un vínculo importante, porque íbamos a saludarlos todas las semanas y también como íbamos a estudiar nos encontrábamos con ellos al entrar a la facultad”, cuenta la vicepresidenta del directorio sobre esos primeros días.
Fue la misma FEN, a través de los proyectos Nexo RSU, la que dio el puntapié inicial para Nuestra Calle con un fondo de $400 mil pesos. “Con eso compramos un montón de café, azúcar, cucharitas, vasos, pan, jamonada, queso, de todo”. Ahí decidieron formalizar la agrupación que este año cumple una década.
Hoy Nuestra Calle cuenta con más de 60 voluntarios y se sostiene con donaciones y convenios que ha levantado el mismo directorio. Eso les ha permitido ir más allá de los desayunos y abordar la situación desde distintos ángulos: “Decidimos enfocarnos en diez cosas que eran necesidades urgentes, como la vinculación familiar, la salud, la vinculación con el barrio, etc. Siempre nos cuestionamos si esto era asistencialismo o no, y personalmente soy de la idea de considerar esto como un gesto humano”, apunta la ingeniera comercial y alumni UChile.
Han sido diez años donde decenas de personas se han acercado de forma desinteresada para ayudar en el objetivo, tanto de forma monetaria como humana. “Nunca nos olvidamos de celebrar el 18 de Septiembre ni la Navidad, y a veces hacemos algunos regalos para los cumpleaños”, agrega y dice: “A veces los voluntarios se frustran porque dan ganas de sacar a la persona de la calle y no tienes cómo hacerlo. Pero ahí son importantes estas actividades, porque al menos logras ayudarlos un poco”.
La pandemia en la calle
Aunque son varios los factores que llevan a una persona a vivir en la calle, sin duda la falta de acceso a la vivienda es uno de ellos. De hecho, se estima que esta situación aumentó tras la pandemia y hoy, una de cada diez familias no tiene acceso a una casa, según estudios de Déficit Cero.
Aun así, cuando la situación en las calles ha recrudecido, Fundación Nuestra Calle ha seguido trabajando. De hecho, dicen que esto “de cierta forma nos ayudó, porque la fundación creció, llegaron más voluntarios, lo que nos ha permitido hacer seguimiento a las personas que ayudamos”.
Durante la pandemia y todos los inviernos han realizado campañas con municipalidades y distintos actores sociales, ayudando así en momentos críticos. De hecho, este año no es la excepción. Actualmente, se encuentran en una campaña de captación de socios y voluntarios para juntar fondos permanentes. Así, cada persona puede donar dinero que luego servirá para financiar desayunos, carpas, frazadas, mochilas y alimentos.
Para inscribirse como socio de la fundación, visita el sitio web y para alertar de una persona en situación de calle, llama al Fono Calle 800 104 7777.
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Por: Nicolás Fuentes Cruces – Comunicaciones Alumni