Matías González Pacheco es ingeniero comercial de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile y desde abril de 2022 es el director ejecutivo de Chilenter, fundación sin fines de lucro que busca disminuir la brecha digital en Chile de manera sustentable con el medio ambiente. Para ello, recicla basura computacional para luego entregar equipos reacondicionados a sectores vulnerables con el objetivo de disminuir los efectos negativos en el medio ambiente.
En entrevista con Alumni, Matías señala que en su primer año a la cabeza de la fundación ha buscado modernizar y actualizar el rol de Chilenter, “para que sea acorde a las necesidades del Chile de hoy, principalmente en procesos de economía circular que logran real impacto medioambiental y social en comunidades vulnerables a lo largo de Chile”.
Así, no disimula el orgullo que siente al comentar que son “la única organización del rubro que figura como fundación y que genera impacto social”.
Consultado por ese impacto social, el ingeniero señala que el reacondicionamiento de computadores es la línea de acción que marca la diferencia. “Convertimos la basura electrónica de unos en tecnología valiosa que permite acortar la brecha digital en sectores más vulnerables, demostrando que la economía circular sí existe y funciona. Es por eso que diversas organizaciones públicas y privadas confían en nosotros y nos entregan sus residuos”.
Y agrega: “Cuando llegas a un colegio, realizas la entrega de equipos para salas de computación y los profesores te agradecen. Ahí es cuando todo cobra sentido”.
Un cambio cultural necesario
Para el ex coordinador de Marca País de la Fundación Imagen de Chile, uno de los grandes desafíos que enfrenta la fundación que hoy dirige tiene que ver con el cambio cultural en torno a la generación de basura y su correcta disposición. “Es un tremendo desafío no solo para las personas, sino que para un sistema completo que debe ser rediseñado para que todos, desde las grandes empresas hasta el ciudadano de a pie, sepan qué hacer con sus residuos electrónicos”, afirma.
Según él, “en Chile aún tenemos la costumbre de que la basura no es un problema propio, cuando en realidad cada persona es responsable de la basura que produce y, por ende, de qué hacer con ella”. “De hecho –complementa- cada chileno produce 10 kilos de residuos electrónicos al año. Es demasiado”.
En ese sentido, Matías González señala que la clave para reducir ese número está en cambiar algunas de nuestras costumbres de consumo: “Intentar reutilizar más, reparar más o buscar maneras de prolongar la vida útil de nuestros artículos. Hacer que el mundo sea menos desechable. Y si el artículo ha cumplido su ciclo, darle correcta disposición”. “El llamado es a no tirar los residuos al basurero, sino que comprender que los residuos electrónicos son valorizables: se pueden armar, separar piezas y volver a utilizar, reduciendo lo que finalmente llega al vertedero”, puntualiza.
“Nosotros estamos constantemente generando alianzas con municipalidades para facilitar la gestión de residuos al ciudadano de a pie, pero todo parte por generar conciencia en torno a lo importante: que cada uno se encargue de reducir lo más posible su generación de residuos y darle correcta disposición a la basura que generamos”, concluye.
Pequeños, grandes avances
No obstante la magnitud del desafío, para el ingeniero comercial se han visto avances en ese sentido, como la puesta en marcha de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor que busca regular la gestión de residuos de envases, embalajes, neumáticos, artículos eléctricos y electrónicos, aceites lubricantes, baterías y pilas.
De todas formas, Matías es cauto a la hora de ponderar las implicancias de la ley: “Será un avance en alinear a las diversas industrias en torno a la correcta disposición de los residuos que se generen, pero no servirá de mucho si no logramos como sociedad tomar consciencia. El gran desafío es que podamos remar todos hacia el mismo lado para reducir nuestra generación de residuos”.
Asimismo, el director ejecutivo de Chilenter ve en el cambio generacional otro motivo para ver el futuro con cierto optimismo. “Ahora se ven muchas empresas creadas por esos jóvenes, vinculadas a temas de sustentabilidad y economía circular. Empresas que hace algunos años no se veían tan seguido, ahora se ven más, y creo que tiene que ver con los jóvenes están abiertos a alinear su trabajo con sus motivaciones e inquietudes personales, lo que se traduce en una mayor motivación por crear o innovar en estas nuevas generaciones”, expone.
Matías es otro alumni de la U. de Chile
Como estudiante de la FEN (llamada FACEA, por sus siglas, entonces), Matías González se siente fuertemente vinculado todavía a su alma máter: “La Universidad de Chile me permitió conocer probablemente a las mentes más brillantes que existen en este país. Conocer e interactuar con distintas formas de pensar me permitió aprender muchísimo, particularmente de mis profesores y compañeros, y de alguna manera me dio herramientas para crecer y transformarme en la persona que soy”.
“Todavía sigo en contacto con algunos profesores, a veces les escribo para conocer su opinión respecto a diferentes temas”, confidencia el director de Chilenter.
Matías además forma parte de la red de egresadas y egresados de la universidad, Alumni UChile. “Desde mi perspectiva es fundamental buscar y encontrar espacios para crear, innovar y compartir conocimiento. Es una red que tiene demasiado potencial y que, de hecho, ya ha rendido frutos. Los egresados de la Chile son mentes pensantes, creativas y comparten ese sello que te entrega la universidad del Estado”.