El periodista egresado de la Universidad de Chile ha desarrollado una carrera multifacética como investigador, editor y curador, especializándose en la ilustración nacional. Su trabajo en la Biblioteca Nacional como Jefe del Archivo de la Gráfica Chilena lo ha posicionado como una figura central en la promoción del arte gráfico del país y la literatura infantil. Lo entrevistamos para conocer un poco más sobre sus proyectos y arraigo con su alma mater.
Durante su paso por Periodismo, Claudio Aguilera afirma haber enfrentado desafíos importantes, dado que la carrera a mediados de los 90 atravesaba un periodo de desarticulación académica. También señala que contaban con una infraestructura limitada, en la antigua sede en Belgrado 11 (actual José Carrasco Tapia, Santiago Centro).
Sin embargo, destaca la formación rigurosa que recibió, en particular en escritura e investigación, así como la inspiración que encontró en profesores como Faride Zerán, Patricia Verdugo, David Vera-Meiggs, Fernando Blanco y Voluspa Jarpa. También aprovechó en su época universitaria de tomar cursos electivos en la Facultad de Artes y la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, lo que enriqueció su formación interdisciplinaria y despertó su interés por la literatura, el cine, la ilustración y las artes visuales.
«Lo principal que aprendí en la Universidad de Chile fue el rigor en la escritura y la investigación. El rigor y la curiosidad son herramientas esenciales en mi trabajo«, sostiene. “También uno de los mayores valores que vi en la Universidad fue la interdisciplinariedad, poder moverme entre distintas áreas para enriquecer mi mirada”, agrega.
Cuenta además que en su tiempo de formación la Universidad le brindó las herramientas necesarias para profundizar en la investigación cultural, lo que posteriormente le permitió trabajar en medios como El Metropolitano, Rocinante, La Tercera y Diario Siete, además de liderar proyectos innovadores en cultura y patrimonio gráfico.
En 2002, decidió profundizar sus conocimientos estudiando Civilización francesa e Historia del Arte en Reims y París, Francia. Allí descubrió la relevancia de la ilustración en los libros y la importancia de la investigación gráfica. A su vuelta, en 2004, se incorporó a la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos como jefe de comunicaciones y más tarde ingresó a la Biblioteca Nacional como jefe de extensión cultural. Veinte años después es el Jefe de Archivo de la Gráfica Chilena, uno de los mayores grandes logros en su carrera según confiesa.
Detective de la ilustración chilena
El curador oriundo de Concepción se ha convertido en una figura clave en la revitalización del arte gráfico en el país. A través de sus exposiciones e investigaciones, rescata figuras olvidadas de la ilustración chilena, como en su reciente libro «Rapa Nui, la primera editorial chilena de literatura infantil» (Ediciones Biblioteca Nacional), en colaboración con el diseñador Felipe Leal y el especialista en literatura chilena, Manuel Peña.
Esta obra, galardonada con el Premio Municipal de Literatura 2024 en la categoría de Edición rescata el legado de la editorial fundada en 1946 por Hernán del Solar y Francesc Trabal, y que tuvo a importantes colaboradores como Mario Silva Ossa (Coré), Elena Poirier, Hedi Krasa, Roser Bru, Aníbal Alvial, entre otros.
Sobre su trabajo nos dice: «Mi rol aquí es ser una especie de detective de la ilustración. Me interesa encontrar los nombres que quedaron en el olvido y decirle a todo el mundo que siempre hemos tenido ilustración en Chile«.
Su carrera también ha tenido altos y bajos. En 2010 cofundó Galería PLOP!, la primera galería chilena dedicada exclusivamente a la ilustración, que jugó un papel importante en el resurgimiento del sector. Sin embargo, este espacio único que estaba ubicado en Merced, Santiago Centro, cerró después de casi una década debido, en sus palabras, a los múltiples desafíos de sostener un proyecto cultural en un mercado limitado.
Entre canciones de cuna y tapas duras
Claudio Aguilera ha destacado además en la creación de libros infantiles, como «Dime dónde estás» (Grafito Ediciones), también ganadora del Premio Municipal de Literatura 2024, pero esta vez en la categoría de Literatura Infantil (las ilustraciones fueron también del egresado de Cine y TV UChile, Sebastián Ilabaca).
Esta obra es un homenaje personal, inspirada en una canción de cuna que le cantaba a su hija cuando era más pequeña. Aguilera subraya la importancia de los libros ilustrados no solo como herramientas educativas, sino como puentes hacia la imaginación y el arte para las nuevas generaciones.
Vale también mencionar que el mismo galardón ya lo había obtenido en 2018 por el libro «La cabeza de Elena» (Editorial Zig-Zag), ilustrado por Karina Cocq, además de recibir en 2021 el premio Marta Brunet por “9 klómetros” (Ekaré Sur), ilustrado por Gabriela Lyon.
Con una sólida trayectoria en el ámbito cultural, Aguilera afirma que la investigación nunca termina. Entre sus próximos proyectos figura un libro sobre Pepo, el creador de Condorito, y un sueño largamente acariciado: la creación de un museo de la historia de la ilustración chilena. En sus propias palabras, el rigor y la curiosidad que cultivó en la Universidad de Chile siguen siendo sus herramientas más valiosas para avanzar en esta misión.